La sonrisa perfumada ha despertado un halago,
y pasa dejando el aroma de lo rancio, escondido
tras los silencios que esconden las palabras.
Ser algo diferente, distinto, a ese momento
absurdo
en que los nudos no son el lazo de un ramo
en la boda de tus sueños que no obtuviste,
la que se rompió en tus costillas naciendo lento el
deseo.
De donde vienes no hay ríos rodeando Bristol,
de donde vengo no hay senderos a Avalon.
He guardado nuestra compañía donde llegamos,
entre botones y mamparas con las letras y los
números,
esperando la melodía que roza tus labios
y el perfil etrusco delineando tu dominio.
Te has ido y un abismo roza mi codo
y en mis ojos se lee la tristeza.
No pudimos decir hasta mañana.
Un trabajo muy interesante... un placer leerte.
ResponderEliminarBesos.
Reme.
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
EliminarBesos Reme
Joan
Precioso, como siempre compañero.
ResponderEliminarBeso grande.
Muchas gracias Yayone.
EliminarBesos.
Buena persecución en palabras de las sensaciones de un desencuentro. Un saludo.
ResponderEliminarAsí es Luis. Este desencuentro viene de largo. Aunque siempre hay márgenes para los puentes de Bristol a Avalon. Un saludo.
EliminarBellísimo, amigo, me ha encantado, gracias!!
ResponderEliminarMuchas gracias Mamen. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarHola Joan, siempre es un gusto visitar tu blog y leer tus obras.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Mónica.
EliminarSaludos.