No tengo fe en ti
aunque creas primaveras
multiplicando peces
en tus dedos
que son redes, aunque transmutas
en vino el agua donde se ahogan
las plegarías que recito ante tu altar,
altar que hago
en cada salmo
de tu frente.
No tengo fe en ti,
aunque doblas el pañuelo
que empapas
en jazmín igual que la brisa
meciendo la amapola.
No tengo fe en ti
cuando mis oraciones
reverberan como un eco en la pared,
y no me escuchas
adorándote en silencio,
ni aun cumpliendo la penitencia
que me aleja de ti
como un cometa que no logra chocar
contra la Tierra.
No tengo fe en ti,
aunque caminas sobre las olas
y renaces, cual Venus empapada
en la espuma del deseo,
cada amanecer mirando
el espejo que te habla.
No tengo fe en ti,
aunque arranque
los papiros de mi piel,
aunque recite la luna llena,
aunque bautice el estanque
con la sangre de los justos
con la que mis entrañas
te hacen una ofrenda.
No creo en ti
porque conviertes
mariposas en ósculos
volando hacia ninguna parte.
No creo en ti,
aunque me hables ardiendo
en cada tabla de la ley.
No tengo fe
en tu desierto,
ni en tu festín de oasis
de santas intenciones,
de relojes sin cuerda
deteniendo el tiempo
que nos separa,
aun obrando el milagro
delineando una sonrisa
en cada mueca
de mi santa faz.
Mi santa faz escupe
lágrimas de negras tintas
ascendiendo a tus infiernos.
No tengo fe en ti,
ni aun abriendo
el firmamento,
ni aun acariciando
este tormento,
apócrifo testamento
que has creado para mi.
Aún quiero,
créeme,
te lo imploro,
tener fe en ti,
cuando mesas tu cabello
arrancando la maleza,
aunque sea por un momento,
que ha anegado tu jardín,
y aunque escapes como el viento
para que nada me lleve a ti.
Mensaje recibido alto y claro, aquí estas versando con libertad y bien encaminado, en serio, la fe está completamente rota, hablo de la fe en la persona amada, de la fe en las promesas de amar. Este comentario encierra un mensaje subliminar acerca de llevar en literatura un mensaje al lector, algo que te cometé hace un tiempo, aquí, en este poema en concreto está el reto conseguido, que es lo principal, el estilo de cada cual varía según los gustos, poemas libres o rimados, sonetos, eso da igual, yo he quedado satisfecho y lo he leído hasta el final con plácidez, esta línea es la que interesa. Me encanta cuando lo haces de este modo, no sueltes la cuerda compañero. Abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Jonh. El poema es un viaje de ida y vuelta que alguna vez hemos hecho. Está escrito desde esa experiencia íntima que tenemos y hemos tenido, y tienen y han tenido hacia nosotros. Es cierto que es un poema libre técnicamente donde me he tomado la libertad de incluir alguna rima, sobre todo en la penúltima estrofa para enfatizar ese recorrido amargo de la Fe hacia los demás, en lo que concierne a los sentimientos hacia la persona amada. Me satisface, y mucho, que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarQue te hace falta, para obtener esa fe de la que tanto hablas, que imploras al cielo la tinta negra que escupen tus ojos, queriendo ascender a sus infiernos. Que te hace falta, querido compañero...
ResponderEliminarComo me gustan tus letras, Joan, quisiera vivir en ellas. Muchas gracias por dejarme disfrutar de ellas, hoy, las sentí tristes. Un beso.
Muchas gracias Yayone. En estas letras todos hemos vivido alguna, o lo hacemos en el presente, bien de una manera activa o pasiva.
EliminarMe satisface, y mucho, que te haya gustado. Y sí, son tristes, aunque dejan una puerta, la de la Fe, la confianza.
Un beso.
Con que tu fe en la palabra no claudique basta para crear un cielo de poesía.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde una fría y ajetreada Buenos Aires.
Fer
Eso espero María, que la Fe en la palabra no claudique.
EliminarUn saludo desde el amanecer que torna día desde Madrid.
Un beso.
Joan
Sin dudas no hay renovación, ni cambio... y la fe es algo desgastado y a la baja estos días.La fe en el amor, la fe en Dios, la fe en los hombres.... hoy necesitamos testimonio, tocar y sentir para tener simplemente un soplo de esperanza.
ResponderEliminarPrecioso trabajo Joan... mi aplauso.
Reme.
Es así Reme. Nos domina el relativismo. La fe y el compromiso (en lo tocante al amor) se han convertido en unas "rara avis." Sin la esperanza, ¿qué nos quedaría?
EliminarCelebro tu reflexión, que comparto. Y como siempre es un placer tenerte por aquí.
Muchas gracias, Reme.
Reme.
EliminarUn beso.
Joan
Pues más bien parece una declaración de fe en toda regla...y aparte la intención, el poema es brillante sin duda alguna.
ResponderEliminarLa esperanza, que es lo último que se pierde, requiere de la fe, aunque esta sea puesta en duda. Ese es el sentido de cerrar el poema con la última estrofa. Aunque esa fe, requiere del concurso de dos.
ResponderEliminarMuchas gracias Pepe.
Un abrazo.
SI, DEJARSE LLEVAR MIENTRAS TE LEÍA HA SIDO COMO LAVA ARDIENTE, LA PASIÓN Y LA REALIDAD CON TANTA BELLEZA ¡MI ENHORABUENA¡¡
ResponderEliminarBesos fuertes,
tRamos
Muchas gracias TRamos.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos fuertes.
Joan