Alauda

16 marzo 2015

Padre. El tuyo y el mío.




photo credit: Día del padre via photopin (license)


                                        


                                       A mi padre Paco Vivancos            


                                
                                    Muchas gracias, Jonh Madison







Me ha dicho que está colgando las sandalias,
que el tiempo no perdona.

Vacía estanterías, regala sonrisas
a los ajados libros.

Me ha dicho 
que mientras estemos aquí
cuenta conmigo por si algo preciso
y que no calle lo que me grita por dentro
como un cruel rugido.

Me ha tendido 
y cubierto con palabras tranquilas
mientras, entre mis dedos, se esfumaba 
el humo imperfecto de un cigarrillo.

Me ha abierto 
las puertas de su cielo,
ese que ni él entiende
en el que cuidaba esmerado
y daba de comer a sus nidos cada día,
sin importarle el frío enquistado en sus dedos.

Me ha ungido 
con la sangre que une en la distancia
bajando desde el azul del firmamento
(pendiendo el vínculo de un hilo), 
de sus temores, pensamientos, 
de los dolores y los regocijos.

Hoy hubiera 
ido a dejar lágrimas
si lo hubieras pedido, polvo de estrellas,
a ese ángel que dejó en tus palabras,
y en las mías,
el legado que rige tu destino 
y el mío.







2 comentarios:

  1. Un hermoso poema, lleno de lecturas dentro de sus propios versos... me encantó.
    Reme.

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    Respuestas
    1. Hay referencias, por supuesto, y lecturas libres que cada cual puede sugerir. Aunque sencillamente el poema es a mi padre...y a otro, de otra persona que por respeto no he de mencionar. Así y todo, tu huella Reme da una luz y una perspectiva realmente interesante, sin duda. Muchas gracias por tu visita a esta tu casa.

      Un beso.

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