El día es gris,
chirría haciendo daño la persiana del bar.
Nadie se desayuna un café
con leche, una porra y la portada
del periódico de letras negras que manchan.
El cielo gris hiela y se esconden las palomas
en los huecos de las terrazas,
huyendo de la noche y de ti.
Vas y vienes con la madeja entre las manos
enredando caracoles en tu lacio pelo,
mientras rezas con la mirada
a tu dios que acalla tu garganta.
Del día sale una luz al mundo,
mundo que deambula
cada cual a lo suyo.
Mientras caracoleas tu cabello,
envuelvo mi veneno
en un pedazo de papel en blanco,
soñando la cuesta de enero trepar
y borrar de febrero mis sueños tan yermos.
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