Si
las sonrisas perduraran
el
tiempo arrancaría
las
manijas de los relojes,
el
amanecer estaría estático
meciendo
las horas en un impasse.
Los
cielos abrirían
los
perfumados
frascos
de tu esencia,
esa
que se esconde
herida
en la guarida
a
salvo de la decepción,
del
nudo que ata
el
pasado que disculpas
con
el jardín que, día a día,
cuidas
con el esmero
de
tus manos fuertes
y
las caricias de las miradas atentas,
del
paraíso que como un oasis
resiste
el lento caminar
de
dunas de arena.
Si
las nubes se pararan
serían
como los guardianes
del
templo en el que rezas
a
ese dios piadoso,
invisible, que siembra
entre
estiércol vergeles
de
piedad. La que nunca
te
has concedido.
Si
quisieras, un millón de estrellas
velarían tu descanso, como ángeles
que
guardan pacientes tu despertar,
y
todos los colores de la vida
desnudarían
las tormentas
que
han hecho esclava tu alma
en
ese túnel sin salida,
que
como un vórtice te arrastra,
día
a día, a la tristeza gris
que
pintas con medias sonrisas,
con
muecas,
con
los silencios
que
pesan sobre los hombros
de
tu conciencia.
la tristeza gris que pintamos con medias sonrisas, cuantas caretas tapando amargura hay en este mundo.
ResponderEliminargracias por tan hermoso poema, que espero que perdure en el tiempo arrancando las manecillas de los relojes, como las sonrisas.
Así es, hay mucha tristeza y amargura. Lo lamentable es hay las disfraza fruto de una enajenación o el auto-engaño.
EliminarCuando se paran los relojes cualquier tristeza se disipa.
Sonríe,
Un abrazo amigo
Hay tristezas que nunca salen del alma, llegan y se construyen una casa en los mas hondo del pecho, de los pensamientos, del café y del diario, uno aprende a vivir con ello, uno le planta cara tal y como si esa tristeza fuera un ladrón en medio de la noche en una calle oscura dispuesto a llevarse lo que va a sostenerte, mi exilio me ha dado la tristeza de vivir lejos de lo que más quiero, y me ha quitado parte de mi sangre, pero también me ha dado la palabra, la poesia para que yo pueda descansar sobre ella tal y como si ella fuera dios, también compañeros de viaje, poetas que como yo, (tú) ven la poesia como un modo de vida. GraciasVivancos por tus versos
ResponderEliminarParte del alma triste es la que descansa en cada palabra, cada verso y en los silencios...
ResponderEliminarPero no solo eso, hay otros hilos que se entretejen, se cosen..., y hay retales de la tela que son esas grandes y pequeñas alegrías, como la del momento preciso...
Gracias a ti, y por escribir tan bonito.