Es vano el sentimiento del querer
como en sábanas duermen melancólicos,
taciturnos y lánguidos los sueños,
igual que el gorjear que no se escucha
y la pasada página de un libro
que se ojeó sin interés,
sin prestar atención,
sin leer, sin querer saber que cuenta,
sin detenerse nunca en letra, punto
y coma.
Es en vano querer sin ser querido,
ansiar lo pretendido y no lograrlo
igual que el agua estanca del estero,
igual que la rama quebrada
de su mástil caída,
como un desierto almácigo,
igual que la palabra nunca hablada:
es un espejo sin cristal y azogue.
Es vano dibujar al cielo nubes
trazando con los dedos y singlar
la mar vacía,
respirar sin pulmones, sin el aire,
caminar sin principio y sin un fin
dejándose llevar con los ojos cerrados
sin sortear las piedras del camino.
Es vano amar sumido en un ensueño,
en diáfano venero reflejando
una alucinación que reverbera.
Es vano el horizonte sin confín
donde se ata la tierra con el cielo.
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