Fotografía: https://ladefinicion.com/destino/
Achacarlo al destino es un error
si al sentimiento somos empujados,
de eso que llamamos amor
que no es más que deseo
de velloritas en los verdes prados.
Acometemos siempre el mismo error,
pensar que es Dios
el que bendice el sacramento que no es sacramento;
es el viento, la brisa, que la piel acaricia;
puede ser vendaval
que anuncia una tormenta.
No llames destino al amor,
solo es un sentimiento disfrazado,
disfrazado de lluvia y viento.
El amor verdadero permanece firme en sus cimientos.
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