Sol calienta con fuego el agro rostro,
dejan en el plantío amargo estiércol
sucias manos la reja volteando.
Ara, clavado al suelo el azadón,
larga manta cubriendo el ancho valle.
Llenan las hazas surcos de fatiga.
Plantan tan ordenados cepellones.
Sudan destajo y están aún erguidos.
Aja faces tan áridas la tierra.
Cela fértiles campos la atalaya.
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