19 octubre 2014

COMO UN PEZ









Igual que un rayo cruza bajo mis pies
este otoño con estruendo y lluvioso
desde el fondo del estómago,
el ardiente magma
quiere salir del volcán de los silencios
para arrasar cualquier vestigio de vida,
tu silueta, tus manos, tu frente, el sonido
de tu verbo y el Cantar de los Cantares
que citas muda en tus adentros.

Dulces y ásperos, en tu abierta granada, cada grano rojo palpita
sabores a playa, a roca, a molusco, a sentados pescadores
con la frente ajada y el salabre preparado
para asegurar la presa que se retuerce en el aire,
luchando por una vida que toca a su fin y excremento acabará.

Es el ciclo, el de nacer y amar en el medio
callar, gritar para acabar dentro o hacia fuera
de remar muriendo -  que el cuerpo,  antes -
las ideas, los sueños, los pensamientos,
los sentimientos, los recuerdos y la memoria. 








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