
El Cantar de los Cantares
citas
muda,
muy adentro.
El grano rosa palpita,
áspero y dulce,
en tu roja granada,
convocando el sabor de la playa
y al molusco en la roca,
como un pescador con su salabre
presto a dar la extrema unción
que acaba en degradación.
Es el ciclo:
nacer, amar,
callar, gritar
y, remando, morir.
Antes que el cuerpo se irán:
ideas, sueños,
pensamientos, sentimientos,
tu recuerdo,
la memoria.
Memoria que hacia ti se inclina
y aún me distrae,
obsesa por buscarte
en el aire,
en el suelo,
en el jardín,
en el estanque,
en el vasto firmamento,
en la acera,
en la orilla del mar,
mar en el que me adentro.
Nado con las olas,
me acerco a la roca
buscando tu aliento.
Entre cuerpos que yacen
o caminan por la orilla,
en la arena y en el mar,
busco
y no te encuentro.
Mis plegarias
son campanadas a muerto.
muda,
muy adentro.
El grano rosa palpita,
áspero y dulce,
en tu roja granada,
convocando el sabor de la playa
y al molusco en la roca,
como un pescador con su salabre
presto a dar la extrema unción
que acaba en degradación.
Es el ciclo:
nacer, amar,
callar, gritar
y, remando, morir.
Antes que el cuerpo se irán:
ideas, sueños,
pensamientos, sentimientos,
tu recuerdo,
la memoria.
Memoria que hacia ti se inclina
y aún me distrae,
obsesa por buscarte
en el aire,
en el suelo,
en el jardín,
en el estanque,
en el vasto firmamento,
en la acera,
en la orilla del mar,
mar en el que me adentro.
Nado con las olas,
me acerco a la roca
buscando tu aliento.
Entre cuerpos que yacen
o caminan por la orilla,
en la arena y en el mar,
busco
y no te encuentro.
Mis plegarias
son campanadas a muerto.
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