¡Qué vívida es la flor de la cayena,
cinesia limpia, amapola bruñida,
galana en rosa, blanca o carmesí!
Flor de Jamaica, el hipotenso hibisco,
de Morfeo consorte, sus colores
calman el alma y al ojo son regalo.
Ágrafa, muda, sorda, se balancea,
colora mi ánimo su estampa fina
y el céfiro acaricia su pulcra línea.
Campos verdean, y en color se agita
la lívida ambrosía de arcoíris,
y el alma asume su bella regalía.
Con hoja ovada o bráctea afilada,
quíntuple viste en la corola el pétalo;
perfecta rosella, rosa china.
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