Alauda

07 julio 2014

BLUE LILYS (AFTER THE STORM)


















To awake from a dream
of blue lilys

That smile through the tears
After the storm.
















Autor. Joan Vivancos

Traducción y fotografía: Arturo Villarrubia

Música y vídeo: David Bazo




04 julio 2014

Soylent green. Cuando el destino nos alcance.

Fotografía:  http://clasicosendd.blogspot.com/2013/06/cuando-el-destino-nos-alcance.html


En España esta película la titularon “Cuando el destino nos alcance”. Muy en la línea de filmes “setenteros” donde se dibuja un futuro nada halagüeño.

Está basada en el libro publicado en 1966 ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, de Harry Harrison.

El film nos presenta un panorama en el que la superpoblación y la escasez de alimentos han ahondado las diferencias sociales. El populacho, el común, la prole, los desheredados, se hacinan en las escaleras de los edificios incluso en las que sirven en caso de incendio. Las mujeres jóvenes solo pueden aspirar a ser concubinas y formar parte, junto al mobiliario, de las viviendas que se reasignan a quienes tienen una posición acomodada en el escalafón social - no en vano de aquel toman su nombre. –

La soja es el alimento de las masas. Soylent es la marca comercial de tan preciado manjar. Hay soylent rojo, amarillo y verde (éste de novísima creación). Es el Soylent Green el que da nombre a la película.

Fotografía: https://elblogdemiguelfernandez.wordpress.com

La inmensa masa siempre está dormitando lo que denota hambruna severa y abandono de toda esperanza. La suerte está echada para esos desgraciados a quienes solo les queda apiñarse en las escaleras, aguardar su turno en las colas de racionamiento o ser apartados bruscamente de las calles por las palas mecánicas de grandes camiones que recogen a esos parias como si de objetos se trataran.

Solo los ricos tienen aire acondicionado, duchas con agua caliente, confort, neveras repletas de alimentos frescos (verduras y carne) o delicatessen como la mermelada. Un cuerpo de policía está en ese punto medio que separa, como en un abismo, a las élites de los que no pertenecen a las castas. Las iglesias están repletas de enfermos, inválidos y pobres de regio abolengo. El Estado ha sido sustituido, de facto, por la corporación que suministra – una vez a la semana gratis – el soylent.

El soylent verde está hecho, a priori, de plancton de los generosos mares.

La investigación de un crimen, un asesinato de uno de los directivos de la compañia que suministra en exclusiva el soylent, sirve de hilo argumental a una historia que provoca el desasosiego y la incredulidad hacia lo que el destino nos depare.

Fotografía: www.nadacomercial.com

Charlton Heston y Leigh Taylor-Young protagonizan esta joya de la ciencia ficción. La ciencia y las tecnologías han desheredado a las personas, incluso, de lo que Marx dejó escrito en su obra "El Capital" como la capacidad de realizar un trabajo: la fuerza de trabajo. Negros augurios con tintes de veracidad según lo que impera en el mundo del trabajo en nuestros días: paro y jornadas parciales casi ínfimas. En ambos casos mal pagados.

Charlton Heston se había especializado en ser el principal intérprete de películas en los setenta que nos mostraban un futuro muy desfavorable para la raza humana. Además de “Soylent Green” protagonizó las memorables “Omega Man” (“El último hombre vivo”) y “El Planeta de los Simios”.

Fotografía: ciclos-decine.blogspot.com

Como ya comenté en la entrada sobre la película “La Fuga de Logan”, en los sesenta y los setenta se generó una ola de “miedo” entre la opinión pública occidental. No solamente el comunismo estaba maldito (la URSS aún era el gigante que disputaba a EE.UU., la supremacía mundial); la superpoblación y la crisis se cernían como un ave de mal agüero.

Cuando el destino nos alcance” tiene una fotografía que logra desanimar a cualquier optimista crónico u ocasional. Los tonos anaranjados son como napalm. Logran transmitir esas sensaciones que solo el calor y la desesperación provocan en las personas y en los animales.

El protagonista es un policía honrado excepto cuando se trata de llevarse todo lo que puede del hogar del muerto, ya sea comida, unos lápices para su ayudante o, incluso, disfrutar de los goces del mobiliario. Pero, además, resulta tener sentimientos; experimenta la ternura, la lealtad y ese sentido del amor de verdad, el que se sacrifica desinteresadamente. Su personaje obra al principio como un canalla, al final lo hace como un héroe.

Hay que destacar a ese secundario de lujo que días después del rodaje falleció de un cáncer, Edward G. Robinson, que deja momentos memorables que sólo un actor de verdad logra interpretar, transmitiendo un abanico tal de emociones que logra hacer levantar al público y aplaudir a mano batiente. ¡Qué grande!

Fotografía: es.paperblog.com

No dejen de ver esta película. Les desazonará aunque, al mismo tiempo, disfrutarán de una historia que invita a pensar como poco.




03 julio 2014

Granizo como piedras


Fotografía: https://farm6.staticflickr.com/5262/5607850885_8f239b82ec.jpg


Circe me dio la pócima indulgente, 
ella tuvo piedad de mis insomnios,
de mi loca cabeza que buscaba 
un muro donde poder estampar 
mi inteligencia. La sabia hechicera
me estimuló a que nunca regalara
albor a la pared de mi través;
a la que siempre quita más que da,
a la que siempre nunca, nunca, está. 
Igual que sopla el viento viene y va.

Con su brebaje cuento cada noche
pasar la primavera y la otoñada.

¿No era Caos el Huevo primordial?

¿Daba cuerda al reloj el dios del Tiempo?

Era fugada mi tiempo en la cerca
como el granizo frío hiriente cuando 
golpea fuerte la cáscara huera 
(incuba de aire corrientes que soplan
y llevan tristes lejos estos versos). 

El enorme animal que me sacude 
la conciencia se agrada, solo pasa
entre verjas que cercan sinrazón 
obsequiando sus vueltas cien y mil,
mientras la roca se afirma en la tierra
y aguijonea culpa en las pupilas.

Es gelidez lo que antes fue festín
(dejan al anfitrión los comensales,
salen so la moldura de la puerta).

Roba tiempo el reloj, los sueños sueños 
son, lo demás, ya diluvie ya salga 
el Sol, es una estéril impotencia.


               Julio 2014-Noviembre 2024



02 julio 2014

Colapso

Fotografía: https://farm4.staticflickr.com/3703/9988549573_cff6284328_z.jpg



Albergado en el aprisco, con ayuno tan forzado
en mis cóncavos sentidos, la mirada vislumbraba 
que los hilos del alma se cosían al cielo.

El olor en mi niñez de la botica,
el trasiego por las calles de las gentes
que iban y venían.
Yo miraba como mira un niño.

Pensaba, divagaba, colores que pintaba.
Con mi mente soñaba los colores del alma.
Me horadaban los perfumes del rocío
y sus fríos argentinos la alborada.

El crepúsculo llegó,
se abatieron las ventanas y me vi en la oscuridad.

¿Quién cerró cancelas? ¿Quién quitó el vigor?

Se entecharon de hormigas mis caricias y abrazos.

Se marcharon mis recuerdos y menciones,
con abúlica afonía me abanico.
En mi pecho mis afectos atempero.

Mis pecados y mis fugas, en el suelo,
a mis miedos absorbían con el viento
y resuello de los ángeles caídos.
El destino en el estéril arenal
me llevaba a los infiernos por sus dunas.
Suspiraba en las tinieblas mi universo 
los aromas, de los pétalos del Cielo,
oliscar con el anciano moribundo.

Pude yo volar y ser alígera ave,
yo surcaba nubes altas, desde el cielo, vi la tierra y mar.
Observé que de la altura caería,
que tilinte acabaría en los infiernos,
en un Tártaro de nubes engañosas.

En ansiado venero bebían mis labios un tósigo.



   

29 junio 2014

Ojos de barro







Acabamos cavando nuestras zanjas

en trincheras que se mueven en el barro

(cenagal del breve amor,

un pantano de lacónicos amantes).

Nuestros rostros el hambre disimula

de aquellos que exhalaron ya sus días.


Nuestros cuerpos valientes arrastramos

y, con duros mendrugos, la dulzura

lambe los secos labios agriamente,

encogidos en lodo, rodeados de intrépidos

e inertes sacrificios ungidos en memoria.


La aguerrida Atenea ajó el anhelo

en alambre de espino en cada herida,

en abierta batalla cruel y desolada.

En nuestro templo las pieles no se rozan.


Montículos de légamo sube el centinela

y muere en fango con su rota ropa 

por fiero tajo de cable. 

Vencido.


Frente a frente, cuerpo a cuerpo,

cargué bayonetas de ósculos

en sucio cieno embarrado

en cada adiós más profundo.


Con el limo del lucero soterré

en un ocre sepulcro a los audaces.




                                            Junio 2014--Agosto 2025

28 junio 2014

Acenelbe


I

Vals sin intérprete,

sin música.

 

Si suspira melodía

allá vamos,

dejándonos de máscaras,

con la complacencia del pensamiento

arrullando lene el aire.


Con los primeros compases

de las gráciles caricias

solo estamos virando a bailarines,

con la olvidada inocencia

con la que miman las horas que se hacen

tiernas,

eternas,

displicentes

a la vulgaridad,

a la vuelta de tuerca

- esos enroques nocivos

que abren las brechas

de hondo orificio de sal -.

 

La pauta del compás de tu mundo marca el ritmo,

medrosa tu sonrisa se adorna en melodías

y tu gesto adusto esconde

las lilas, los geranios,

las orquídeas, las rosas,

los claveles,

los tulipanes

y amapolas escasos de fragancia,

desnudando las palabras

que nunca quieren salir;

sigilosas,

sibilantes,

sinópticas,

síntesis de explosiones amagadas

en un parterre

que sólo

sé yo

o no sé.


Amazona sutil

escondes

un remanso

con sombra,

oasis

y manantiales,

con púrpuras

de pequeñas palabras

agudas,

sabias,

santas como un cáliz

a punto de ofrecer

la sangre que salve un mundo

que vira sobre su eje

dando vueltas,

perdido más allá de los bordes,

de los cantos

de los cadenciosos ríos.

 

Hablas música,

respiras melodía

y en el averno florecen

luces y sus luceros,

y estrellas que brillan

naciendo de las cenizas un vergel.

 

Tú eres santa armonía,

un Sol de trenzas

que se acerca

y queda en la memoria

oculta de pasada, de soslayo.

 

Cítaras,

laudes,

rimando ternura.

 

Si se acaba este vals.

¿Quién dijo poesía?

 


Junio 2014-Julio 2024






26 junio 2014

Finos hilos

Son hilos finos
las sonrisas ausentes de colores
que tú dedicas cada día
sin enhebrar
la amanecida
en el ocaso,
con cada fanal perezoso
que más acá barrunta
o do quiera se pierda 
tu vista.

(Se dilata un dolor que está pinchándome,
la sanguijuela liba en rota aguja
rabiosa que me arranca
la sangre)

Hilos,
hilos son de colores
violáceos,
de oliva,
de cielo,
de nieve,
de luto,
marrones.

Grises como las nubes en el cielo
que preludian la noche oscura y lluvia
que cayendo de néctar mojará
tu pelo de hilos.

Con tu sonrisa te descoses,
tus comisuras se deshilan,
cataratas de risas se contienen
en cada carcajada de tu boca.

Con labio cerrado
en el ocaso vagas y vagas si amanece.
La aguja no se ensarta
cada día que ausente me dedicas
con tus colores
en tu sonrisa como finos hilos.






22 junio 2014

Sin banquete en un banco


Fotografía: https://secure.flickr.com/photos/pasotraspaso/6237391353/lightbox/




Andaba pensando 
en los colores del cielo,
los de las claras mañanas,
en celestes 
Pegasos de hierro 
que no vuelan
sino navegan 
por alquitranes, 
entre continuas
rallas pálidas, 
en mares de negra lava.

Entre sombras, 
sin compás ni cartabón,
caminé entre plataneros 
que a la niñez me llevaron.

Aquellos dejaban sus sombras 
majestuosos
en este nuevo estío
arribando 
con sus primeras nubes,
en un domingo con celebraciones
después de hacer mi trabajo.

Paseando en zigzag 
para no encontrar 
otros hombros, 
otras caras,
pensaba yo en la sopa boba
dejando atrás los Arcos,
la avenida, el paseo, 
los árboles,
su acueducto, las mesas y las sillas.

Abandonado de alegrías 
y tristezas,
con la mente en blanco,
meditaba, en que sé yo.
A mi lado había velas, 
jardineras, la mole de piedras 
que asemejan un velero dormido
al que subir y escapar
de la cruda realidad.

Y vi una niña casi de blanco
sentada en un banco 
con sus padres.
Jugando de pie 
estaba su hermano.

Hizo hoy la pequeña 
su primera comunión 
vestidita de crema 
(la Inocencia en su carita 
dibujábase en tristeza).

Quise pensar que no era tal,
solamente la paz, la tranquilidad,
de esa bruma que se escapa
silenciosa por el aire y nos engaña

En estos tiempos 
de grandes fastos, 
nos invade la pobreza 
de quienes buscan 
entre las pieles de plátanos
mendrugos, duros o blandos, 
entre las bolsitas 
de los supermercados
sea lunes o sábado,
en los domingos bulliciosos 
o en los martes apagados. 

Buscan entre basuras
dejando vergüenzas a un lado. 
Buscan puchero y papeles
para vender a peso. 

Fuma alguno las colillas 
que atesora en una bolsa.
Los hay que
dejan pasar los días
y noches comiendo del aire
pensando en la sopa boba.

Es este un tiempo atrasado
con niños que comen
bien en los colegios 
mientras sus papás
no encontrarán un trabajo, 
y quien lo tiene
lo hace a destajo 
con pocas horas,
con sueldazos de pobre 
desgastados sus zapatos.

En su primera comunión
esa niña 
(lo mismo que otros niños),
no tendrá banquete, 
ni sardinas ni regalos.

Sentadita en su banco 
con sus padres y su hermano,
atardeciendo
un domingo con sus nubes,
con medio Sol,
yo volvía del trabajo
y la niña maduraba ya sus días.




21 junio 2014

Cuando me querías sin quererme




Fotografía: https://secure.flickr.com/photos/siobhansilke/452440917/sizes/o/in/photostream/

“Los sufrimientos serían menores entre los humanos si éstos dedicasen su fantasía con menos ahínco en evocar el recuerdo de males pretéritos, antes que en hacer soportable un presente anodino.”

Johann Wolfgang von Goethe




Me enseñas tus graciosas sandalias
riéndose en una foto
como si imitaran tu sonrisa.

Te contesto con un selfie
y es curioso que en mi cuarentena
me retrate en esta alegre estupidez.

Al hacerlo sentí vergüenza.
Esa vergüenza que no tengo
desposeído de mi sonrojo
cuando me lanzo a abordar tus entrañas.

Tú vacilas con mis silencios,
con mis huidas, con mis desaires.

Si no hablo,
si no necesito conversar,
si no preciso expresar palabras
es porque me basta con verte sonreír
o comer asaz, tan deprisa,
despreocupada, satisfecha,
henchida de alegría y de cariño.

Soy un mirlo en tu mirada.



Nota del autor: Versión definitiva del poema, gracias a los excelentes consejos e indicaciones de los compañeros del Foro Poético y Literario Ultraversal (www.ultraversal.com). Madrid, junio de 2015.

20 junio 2014

En mi calma





Calla gris el edén rayando el alba,
gorjean pajarillos ajenos del ruido
y en mi rito comulgo valerianas. 

¡Qué tranquilo Cielo gris!
Casi toco tu mirada.

A mi vista un barniz frondoso y verde,
acá un chopo, allá un olmo,
mientras me dibujas tu tristeza,
cielo gris,
en la mirada.

Tonos verdes me miran sin verme,
¿Qué pensarán de mí las raíces, tronco y ramas?

La cordura es desmesura.

Leyendo negras letras viajan nómadas, 
son romeros,
reprimen su ansia
(encarnada locura),
se hacen montaña, 
valle y oasis donde yacen, viven, finan.
Son atardeceres.

Caminantes sin camino.
Sus destinos son horarios, 
ritmos despiadados,
para ser, hacer y actuar.
De todos así se espera.

En mis iris,
Cielo gris,
hay una forma con guadaña.
Un éter.

¿Qué se yo? ¿Un sueño?

Viene o va, no anda, no para, ni está.
La fe no confía esa espera, 
cuando quiera vendrá.

A mi vista tonos verdes,
majestuosos,
bañados en Sol, dibujados en oro.
Dicha calmada, avivada calma
de hoja blanca y celeste, 
botica ansiada, droga y dicha.

Se enfría el café, 
se anuda la garganta,
se aparece tu mirada
y el alma se sojuzga.

Las palabras se enfrían,
mis manos se hielan
cuando decirte quiero mucho o nada.

Dime, ¿Qué es la nada entre la nada? 

Sin más te lo requiero 
desde el pozo más profundo, 
aljibe oscuro de bruna esencia.

¡Qué quieto estás Cielo gris!

Y que agitada está mi calma.

Sorbo el frío café
hecho otrora como manda el canon,
con agua. Día a día en que repito
los rituales, las misas y los mantras.

No hay caminos, hay bosquejos.

Hay quienes suben las persianas,
a tomar van al café el churro, las dos porras
y leen el Marca.

Ora se alza la aura,
ora ruidos, chirridos,
vecinos despertando
reiteran su rutina.

Sin rutinas
árboles no habría
ni limonadas,
ni hoy,
ni el ayer.

La gran Máquina
está en marcha.
Siguen los arpados
con su pio pio
y con sus cánticos,
cántigas del hambre
o de la chicha:
la lombriz,
la mosca
o la miga de pan.

¡Ni qué verde,
ni qué valle!

¡Ni campanas
sobre campanas!

Me gustan los árboles,
sentir la brisa,
pensar tu cara,
tus caderas,
tu sonrisa,
tu pelo,
tus uñas
y hasta tus bragas.

Las cosas son
y lo que no,
se tira por el vano.

Me gusta,
ya ves tú,
el perfil de tu mirada.

Recuento los surcos
de mi cara,
confiero que he de afeitar
esta barba que pincha,
que roza como avispas.

¡Qué sereno Cielo gris!

Que agitada está mi calma.

 


Junio 2014-Julio 2024


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