Alauda

15 junio 2014

La fuga de Logan




Hace 38 años que se estrenó está película a la que me atrevo a llamar "de culto". Está basada en la novela homónima que se publicó en 1966.

Hay diferencias, y muchas, entre la novela y el filme. No deseo desvelarlas para que quien lo desee pueda leer y ver la una y la otra.


En el Siglo XXIII los humanos viven en ciudades cubiertas por una cúpula que les aísla del exterior. Una guerra nuclear hizo inviable vivir fuera. Hemos de tener en cuenta el miedo al conflicto nuclear que había en la época en que se narró esta historia. Hasta mediados de los setenta había en la literatura y el cine del género de anticipación, cierto gusto por los futuribles post-nucleares. Mad Max, por ejemplo.


El control de la natalidad era otro de los temas recurrentes de la década de los sesenta. Y así se explica que en el futuro donde se sitúa Logan, la población al cumplir los 30 años dejaba su paso a los “reencarnados” por mor de la clonación. Nuestro protagonista, de hecho, se llama Logan 5.

El futuro distópico de La Fuga de Logan es lo que define, aunque no solo, a esta película con la que acabó con un ciclo en el género. Un año después se estrenó Star Wars. La ciencia ficción de la gran pantalla no iba a ser ya lo mismo.

La película tiene, a mi modo de ver, su atractivo en el argumento, la fotografía, la banda sonora, el vestuario y, por encima de todo, el reparto.

La Fugan de Logan está protagonizada por los ingleses Michael York y Jenny Agutter. Michael York, a pesar de interiorizar el papel y dotarle de cierto dramatismo, queda eclipsado por una joven actriz con una belleza exquisita.


Cuando vi esta película por primera vez era un niño. Tendría 9 o 10 años. Sencillamente quedé prendado de la actriz inglesa que hacía el papel de Jessica 6. Personalmente me gusta más que Ava Gadner. Incluso más que una de las actrices secundarias de la película, icono sexual de la época, la rubia de bellos rasgos, la malograda Farraw Facett-Majors.


Los otros papeles secundarios recaen en Richard Jordan, en el papel de Francis 7 y Peter Ustinov. Como curiosidad el hijo del director, el también inglés Michael Jordan, es otro de los actores de esta distopía.


El papel de Jessica 6 tiene relevancia e importancia en el argumento. Como en la canción, Logan sin ella no es nada. Ella va a ser el catalizador de lo que Logan no se atrevía a concluir en sus refllexiones en alto de cierto sentido ontológico.

La sociedad joven, incluso claramente infantil, está caracterizada por el ocio y el hedonismo. Lo que pueda parecer utópico (no hay clases, no hay opresores ni oprimidos), ideal (no existe el patriarcado, las relaciones sexuales son libres, no existen ni el matrimonio ni las uniones de hecho, la familia y la religión han desaparecido, así como la filosofía, la política, las ideologías y las castas), nos dibuja un panorama que ni el anarquismo ni el comunismo, ni Podemos, soñaron, pero que encierra, no solo la crueldad de una muerte prematura y pública, sino el destierro del amor y de cualquier vínculo interpersonal y familiar. La función reproductora del ser humano se limita a donar los óvulos y el semen para perpetuar la raza humana.


Solamente el color de la vestimenta diferencia a los individuos según su etapa vital. Eso sí, hay una zona de excluidos (aunque tienen el mismo final fatal que el resto de habitantes de la Cúpula), hay personal de mantenimiento y un cuerpo que vela por el orden, “los vigilantes”. Logan es uno de los “vigilantes” que se dedican a perseguir a los fugitivos. Los que huyen lo hacen para no participar en el “Carrusel”, espectáculo público donde quienes cumplen 30 años son volatilizados.

Una inteligencia artificial es la que organiza ese paraíso donde las únicas actividades son el relax, los paseos, fornicar incluso en orgías (la escena psicodélica en la Zona del Amor es una de las más expresivas, incluso habiéndose recortado 15 minutos de sexo explícito en el montaje final), hacer gimnasia, cambiarse de rostro (o de cuerpo entero) y acudir al Carrusel a pasarlo bien.

Solamente unos pocos tienen la esperanza de vivir más en un lugar llamado “Santuario”. Nadie sabe donde está, ni siquiera el mega ordenador que se ocupa del bienestar de esa comunidad de felices despreocupados.

La película, sin embargo, quiere avisarnos sobre los peligros de desviarnos de nuestra naturaleza gregaria. Sin amor no hay compromiso. Sin compromiso no hay generación de ese vínculo que nos inmortaliza llamado familia. Sin familia no sabemos quienes somos al no tener un pasado que nos defina y que podamos legar a quienes nos procedan.

La Fuga de Logan parece anticiparse al “No Future”, eslogan del punk que surgió por antonimia al pop, el rock y el hippismo del amor libre y de la huida de la sociedad. Los peinados setenteros, lo psicódelico y el ambiente de centro comercial son unas de las particularidades de esta película.

Habrá a quien le parezca ñoño el proceso del enamoramiento y de elegir pasar una vida en común de los protagonistas. Pero, tal vez, sea verdad que el amor mueva montañas, junto a la fe que Logan y Jessica se profesan.

Una de les escenas más emotivas es cuando los protagonistas descubren, en un amanecer, el Sol. El grado de ignorancia de estos seres humanos, hijos de la tecnología y de la ciencia, es más que obvio. Es en ese momento cuando una elección primaria, la de querer estar juntos, en Logan y Jessica, comienza a emerger.


Resultará para algunos infantil, rallante en lo naíf, ese proceso de enamoramiento que se inicia, en un principio, como una fuga en busca del soñado Santuario (huida de la Caverna), y en el que el analfabetismo de los protagonistas provoca que no sepan lo que ven en el exterior, cuando, por ejemplo, leen en una inscripción de una lápida: “Amado Esposo, Amada Esposa”, y asumen libremente, más tarde, ese rol de pareja. Es tan pueril cuando ella le dice a él “querido esposo” y él le responde “querida esposa” que cualquier convencionalismo, cualquier conocimiento que hayamos adquirido y cualquier experiencia, quedan eclipsados por la simpleza del hecho de saberse y conocerse dos personas, que sin más, se aman y deciden continuar sus vidas juntos hasta que la muerte los separe. Lo que parece complicado no lo es, nunca lo ha sido. Cuando dos personas se reconocen juntos el compromiso surge espontáneamente.


Una mención, aunque sea de pasada, es para los efectos especiales, en lo bueno (las ruinas del exterior son un prodigio) y lo malo (la maqueta y el cartón piedra del interior, de la Cúpula, es ciertamente chocante).

Vale la pena ver La Fuga de Logan. Aunque solo sea por pensar un poco y contemplar la belleza de una actriz solvente como lo es Jennifer Agutter.


La película toma referencias de otras del género, sin duda. Pero su originalidad será eterna. Incluso Michael Bay en La Isla toma prestadas singularidades de La Fuga de Logan. O la más reciente In Time. Si nada lo impide en 2015 tendremos un remake de este filme protagonizado por Michael York. Pero nada será lo mismo. Ni la fracasada serie que se hizo años después, ni los cómics escritos por William F. Nolan (uno de los coautores de la novela original junto George Clayton Johnson) han conseguido olvidar a dos actores desaprovechados por la industria de Hollywood y a una película que se encuentra entre mis, por siempre, preferidas.






14 junio 2014

POESIA DE POETAS Y POET(IS)AS

De Marta Jiménez Suárez

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
¿Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?


Walt Whitman

Hojas de Hierbas (fragmento)



OJOS QUE VI CON LÁGRIMAS- T.S.ELLIOT

Ojos que vi con lágrimas la última vez
a través de la separación
aquí en el otro reino de la muerte
la dorada visión reaparece
veo los ojos pero no las lágrimas
esta es mi aflicción.

Esta es mi aflicción:
ojos que no volveré a ver
ojos de decisión
ojos que no veré a no ser
a la puerta del otro reino de la muerte
donde, como en éste
los ojos perduran un poco de tiempo
un poco de tiempo duran más que las lágrimas
y nos miran con burla.



PALABRAS A PIE DE TUMBA- LUZAMARGA

Dejaste decantarse al silencio.

Aquí tienes su quietud fría
y perpetua.


Ahora sólo eres abandono petrificado.

Te queda sentir sobre ti el camino
que, al arrastrarse,
vaya dejando el olvido cuando aceche.



LEJANÍA- ALEJANDRA PIZARNIK

Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas? 



COMPARTIR LA BUHARDILLA- PIEDAD GARCÍA-MURGA


Aprieto los labios,
palabras reprimo,
el roce de tu piel
esos momentos
Todo aquello
que me atraganto
sin decir
todo lo que
quiero de ti
y no me atrevo
y sigo sintiendo latente
sobre alguna de mis partes
las yemas de tus dedos
quizás la sien,
tal vez el lóbulo,
puede que me acaricies
el temporal
a través del cabello
sin embargo
da igual...
No tengo coraje
Trago saliva
y, joder,
¡no te digo
absolutamente
NADA!
Tampoco pregunto
no sé para qué
ni sé hasta cuánto
me aterra,
hasta dónde...
que harás
con mis entrañas
si te enseñase
mis monstruos
y destapase todo
lo que mi cuerpo baña
Y me vertiese toda
y basculase fiera
y te contase
o sólo
te descubriese el cuero
Dibujando un infinito
con sudor
y de orificios
y quien sabe entonces
Sin embargo ahora
sigo dudando
por qué tiemblo
al estar cerca
todo mi ser
de tu ser entero
Y anochece y tú
te mueres
y yo rabisoamente
impotentemente
temblorosamente
callada
no me duermo,
pero lo haré
Teniéndote tan cerca
a un millón de años luz,
soñaba el deseo.



RUDEL-PERE BESSÓ
 
Mai no la viu,
almenys com la celebren els altres.
No coneixia el seu rostre virtuós
que tot malson guareix,
canten.
Només el palp dels seus plecs
més recòndits,
poblats de tulipes.
Però fórem amants.
Com l'escarabat dins de la caixa xinesa.



AMANECERES AJENOS- MARINA CASADO

Todo era gris y estaba fatigado,
igual que el iris de una perla enferma.


Luis Cernuda



Sólo quien vio alguna vez amanecer sabrá de qué le hablo: la sangre gris, viscosa, de los cielos, el aura indefinida de lejanía cierta, el precoz canto de los pájaros que despiertan náuseas inexplicables en el alma.

Yo estaba allí, en aquella mañana, en aquel tiempo que no me pertenecía. Volvía a casa y recordaba que, una vez, alguien me dijo que el canto de los pájaros puede llegar a ser un elemento desaforadamente inútil, extranjero, algo así como una circunstancia ajena a ti que te recuerda las razones por las que no deberías escapar, o quedarte en el mundo. O quizá solo en esa mañana concreta, en ese gris aciago, en ese amanecer que te contempla con ojos acerados, que sangra viento y noches de papel, mecidas por ilusiones huecas, acuosas, como el mar de mis labios que se desintegraba por la ausencia de besos homicidas.

Yo estaba allí pero a la vez no estaba. Estábamos allí todos nosotros, nadando por los ojos de los océanos del aire. No había nadie, en aquella mañana. Yo misma era una circunstancia ajena que me recordaba -inútilmente- las razones por las que debería escapar para siempre. (Para siempre, siempre hacia la noche, la noche familiar de oscuridad arrulladora, arrulladora de sueños y labios y besos y sombra.)


 


 

12 junio 2014

¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?




El otro día hubo una breve conversación sobre el Amor. Ello me dio pie a sentenciar. O divagar. O, sencillamente, a opinar. Esto es lo único que dije en respuesta a esta pregunta:

<<¿De qué hablamos cuando hablamos del amor?>>

Y respondí

<<El amor es una filia. Hay muchas clases de amor. El amor a los hijos no es el mismo que se tiene a los padres. La filia hacia los amigos no es la misma que se siente hacia los hermanos. El amor al otro, con el que uno se pretende emparejar, es lo que dice Kaplan. Y solo en esa clase de amor puedo comprender lo que dice Žižek, ya que no solo inconscientemente buscamos perpetuar la especie. A posteriori, cuando el amor se tiene, tal vez, conozcamos las causas que lo motivaron. La soledad, la ausencia, entre otros, pueden ser causas de amores, incluso desaforados. Pura enajenación. El amor higiénico es pura ideología>>.

Arturo Villarrubia comenzó aquel banquete con la siguiente reflexión del filosofo esloveno Žižek:

<<El misterio del amor es que solo descubres que era lo que necesitabas cuando ya lo has encontrado”>>.

Hubo, a continuación, una más que interesante “charla”. Así por ejemplo destaco lo siguiente:

<<You can't always get what you want
But if you try sometime, you just might find
You get what you need >>(George Kaplan)


Villarrubia, supongo, en la linea de Žižek, hablaba del amor <<como un evento que genera sus propias causas”. El anteriormente citado Kaplan comentó que el amor no es más que el síntoma de un proceso químico con el que la naturaleza se perpetúa y medra>>.

Y aquí quiero pararme. Deseo recordar lo que Platón expresó del amor. Recordemos que una de las definiciones más corrientes es aquella del “amor platónico” entendido este como amor ideal no correspondido. Es una mala interpretación que se ha hecho del filosofo griego. En su obra “El Banquete”, Platón se despacha a gusto. Vean ustedes:

Resumamos, añadió Sócrates, lo que acabamos de decir. Primeramente, el Amor es el amor de alguna cosa; en segundo lugar, de una cosa que le falta.
(...)
...todo lo que sé sobre el amor, se lo debo a ella (Diotima). Voy a referiros lo mejor que pueda, y conforme a los principios en que hemos convenido Agaton y yo, la conversación que con ella tuve; y para ser fiel a tu método, Agaton, explicaré primero lo que es el amor, y en seguida cuáles son sus efectos... (el que habla es Sócrates).

Y ahora veamos esta extensa conversación entre Diotima y Sócrates, en la misma obra:

En suma, el amor consiste en querer poseer siempre lo bueno.
Nada más exacto, respondí yo.
Si tal es el amor en general; ¿en qué caso particular la indagación y la prosecución activa de lo bueno toman el nombre de amor? ¿Cuál es? ¿Puedes decírmelo?
No, Diotima, porque si pudiera decirlo, no admiraría tu sabiduría ni vendría cerca de ti para aprender estas verdades.
Voy a decírtelo: es la producción de la belleza, ya mediante el cuerpo, ya mediante el alma...
...Porque la belleza, Sócrates, no es, como tú te imaginas, el objeto del amor.
¿Pues cuál es el objeto del amor?
Es la generación y la producción de la belleza.
Sea así, respondí yo.
No hay que dudar de ello, replicó.
Pero, ¿por qué el objeto del amor es la generación?
Porque es la generación la que perpetúa la familia de los seres animados, y le da la inmortalidad, que consiente la naturaleza mortal. Pues conforme a lo que ya hemos convenido, es necesario unir al deseo de lo bueno el deseo de la inmortalidad, puesto que el amor consiste en aspirar a que lo bueno nos pertenezca siempre. De aquí se sigue que la inmortalidad es igualmente el objeto del amor.

Como hemos podido ver, el amor según Platón es muy diferente a lo que llamamos erróneamente “amor platónico”.

Resumiendo, para Platón el amor consiste en un acto para generar y producir belleza, mediante el cuerpo y el alma. No es la belleza el objeto del amor. Sí lo es producirla, crearla, generarla. Es la belleza y la perpetuación del ser humano la aspiración del amor: lo bueno, la inmortalidad.

Igual que en “El Banquete”, en la conversación del otro día hubo cinco intervenciones. Incluyo a Žižek (es una mera observación).

Ahora vamos a intentar averiguar lo que Villarrubia quiere decir con la afirmación de que el amor es un evento que produce sus propias causas. Y lo vamos a hacer con esta disertación del filósofo esloveno Žižek:

<<No hay nada, básicamente. Lo digo literalmente, pero entonces ¿Cómo surgen las cosas? En este punto siento una especie de afinidad espontánea con la física cuántica donde la idea, como sabes, es que el Universo es un vórtice, pero una especie de vórtice con carga positiva y entonces aparecen cosas determinadas cuando el equilibrio del vórtice se perturba. Y de pronto esta idea se me antoja muy atractiva; no sólo hay nada, ahí afuera hay cosas. Significa que algo salió terriblemente mal; que aquello que llamamos creación es una especie de desequilibrio cósmico, una catástrofe cósmica. Las cosas existen por error. E incluso estoy dispuesto a llevar esto al límite y decir que la única manera de compensar esto es asumir que hubo un error y llegar al final. Y para este final tenemos un nombre: se llama amor. ¿No es el amor, precisamente, este desequilibrio cósmico? Siempre me repugnó esta actitud de “yo amo al mundo” “hay un amor universal”. No me gusta el mundo. Esto básicamente entre odio al mundo y me da igual. Y toda la realidad, pues es eso, lo que es, es estúpido, está ahí afuera y me da igual. El amor para mí es un acto tremendamente violento. El amor no es “os amo a todos”. El amor es escoger una cosa y ahí, de nuevo, tenemos este desequilibrio. Incluso si este algo es sólo un pequeño detalle, una persona individual y frágil, diría “yo te amo más que cualquier otra cosa”. En este sentido formal, el amor es maligno>>.


Siguiendo el hilo del filosofo esloveno y psicoanalista lacaniano, el amor lo causa un desequilibrio. El amor surge de un acto violento. Por ello no es descabellada la afirmación de Villarrubia de que el amor genere sus propias causas. De no haber nada, algo desequilibra el universo, nuestro universo. Y de ese acto maligno surge la chispa que lo incendia todo. ¿No será el amor un karma?

Considero que las causas del amor (que sabemos que es lo que necesitábamos cuando lo tenemos) son “desequilibrios”. La soledad. La ausencia. El cubrir un hueco (o muchos de ellos). O lo que sea.

En nuestra propia simpleza (el mecanismo del botijo es harto complicado), caemos en las garras del amor sin saber de antemano si es lo que realmente necesitamos. Algo ha salido mal cuando caemos en el amor (to fall in love). Lo que venga después cada cuál sabe como le va, le viene, le ha ido o le ha venido. 

El amor es una enajenación. Bendita locura. O maldita razón de caer en esa vesania.

Cada barco aguanta su vela. Cada nave sabe si llega, o no, a buen puerto. Las hay que se hunden. Y las hay que quedan varadas.

















09 junio 2014

Variaciones (nadie fue herido, nadie salió ileso)




Tras la roca tu mundo se refugia
y así, con miedo, miras al cielo
esperando que caiga la lluvia.






LAS PIEDRAS DEL CAMINO


Ante mis ojos se expande el llano.

Sobre mi ser el azul levita.

Cae la noche y la luna

en la senda dirige al transeúnte.



LA TRISTEZA


Mis ojos obvian su vuelo

posándose en lo alto.

Las nubes huyen vestidas de añil.



MIENTRAS ESCUCHO A LOS KINKS


Sunny afternoom de fondo.


El humo del cigarrillo es una nebulosa

que levita en mi contorno.


El tiempo perdido

tiene estas cosas:

el reloj no se para

cuando no hay senda que transitar.



EN LO ALTO NO HAY NADA QUE DIVISAR


Más arriba,

donde rozan el cielo mis dedos,

mis ojos no saben donde mirar.


No divisa la floresta el árbol

y cualquier anuencia

es una vanidad que me atenaza a ti.


No alcanza la altura los halagos

que desde lo profundo de la tierra

mis labios han enmudecido.

Eran sordas las veredas

donde anduvo el silencio

que a ti y a mi nos acompañaba.


No hay más asunción

que el ocaso.

Averno

donde se marchita

la hoja del árbol

que el vergel 

nunca avistó.



SIEMPRE SE ALBOROTAN LA MARIPOSAS EN PRIMAVERA


Vuelan que vuelan,

las mariposas revolotean

ingrávidas como los días que ya se marcharon.




Beck - Ramona



08 junio 2014

Hateship, loveship. El arte de encontrar un lugar en el mundo.



Liza Johnson dirigió en 2013 una película en la que volvía a escenificar la búsqueda del lugar en el mundo. Si en Return (2011) era una soldado la que volvía a su mundo después de cumplir con su deber, en Hateship, Loveship, es una cuidadora de ancianos y mujer de la limpieza la que encontrará su lugar en el mundo después de una trama, de un ardid en forma de broma de mal gusto, quien además de cumplir con su cometido, encuentra la única oportunidad que el destino le brinda.

Está basada en una novela de Alice Munro titulada Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage“.

Kristen Wiig protagoniza un drama que tiene forma de puzzle, es decir, las piezas van encajando hasta mostrar un bello mosaico. La Wiig interpreta a Johanna, una más que eficiente ama de casas ajenas. Johanna se queda sin trabajo después que la anciana que cuidaba dejara este valle de lágrimas.

La pose adusta, la timidez, la pinta de paleta y las facciones de mujer rendida, derrotada, sin atisbo de ilusión en su mirada es lo primero que llama la atención de este personaje obsesionado por el orden, el método y la limpieza.

El sentido del deber vuelve a aparecer como en Return. Johanna cumple la última voluntad de la anciana. Una vez muerta Johanna la viste con el vestido azul que quería llevar puesto ese día.

El comienzo nos regala detalles en los que vale la pena detenerse: la firmeza de Johanna (el planchado del vestido azul de la anciana está ejecutado con mano firme y con destreza), sus zapatos, la forma de vestir y el peinado delatan a una mujer entrada casi en la cuarentena sin más horizonte que el de cumplir con su cometido, soñar en soledad y silencio, viendo la vida pasar.

Su nuevo trabajo es a las órdenes de Mr. MacCauley (Nick Nolte), un anciano resultón con blancas barbas que tiene a su cuidado a su nieta Sabitha (Hailee Steinfeld), una adolescente huérfana de madre, cuyo padre es un alcohólico y cocainómano que va de aquí para allá. Este personaje (Ken), interpretado por Guy Pearce, vive atormentado con la culpa de causar la muerte a su esposa en un accidente. La amiga de Sabitha, Edith (Sami Gayle), es un miembro más de familia.

A pesar del orden que infringe en lo que limpia, recoge, barre, friega o cocina, nuestra protagonista es una persona que ha llegado a un punto tal de aceptación de su soledad y de la falta de una familia.

Pero Johanna va a encontrar la horma de su zapato. Sin buscarlo se encontrará en forma de carta manuscrita lo que después, por mor de una chiquillada de unas mozicas que pretenden echarse unas risas a costa de la recién llegada con zapatos raros, provocará una reacción en la peculiar asistenta.

La película nos muestra el valor de querer sin pedir nada a cambio y de la determinación. Un gran Nick Nolte ejerce de gran patriarca justo. La Wiig hace creíble a Johanna no, lo siguiente. Por momentos lo borda. Y las cortas apariciones de Jennifer Jason Leigh empacan una historia de la que hay quien dice que se queda corta. Destaco a la Wiig, Nolte y Guy Pearce. De las jóvenes promesas el personaje de la Gayle tiene más chicha. Apunta maneras la joven protagonista de El Profesor.

No quisiera acabar sin recomendar la película, aun a riesgo de provocar cierto desasosiego. Aunque tiene un planteamiento más que notable, el desenlace ( previsible) se cierra bruscamente dejando al nudo, al desarrollo, en una situación algo comprometida. Sabe a poco. Es tan buena la historia que deja la sensación de querer más.

Resumiendo, la propuesta es buena pero se queda en el notable cuando tiene todos los mimbres para el sobresaliente, entre ellos unos actores que dan credibilidad a sus personajes y una historia que más bien parece un cuento.



 

05 junio 2014

EL DIA DE SU SEGUNDO CUMPLEMESES



El día se ha levando con grises augurios, en forma de bolas de algodón, que no dejan ver el azul. Tímidas incursiones del astro rey se posan en forma de caricias leves, tímidas, cortas como un suspiro.

Enfrente de nuestra atalaya hay un solar con unos pocos naranjos, una higuera y un olivo. Una chimenea se erige majestuosa; no es más que el recuerdo de una actividad fabril del siglo pasado. Al fondo tres solitarias moles de viviendas desentonan con un paisaje horizontal. Un par de kilómetros más allá se divisan vehículos que parecen ser llevados en una cinta transportadora.

A trescientos metros hay unos barracones de colores que hacen, provisionalmente, la función de colegio. De vez en cuando se escucha un sonido chirriante de motocicleta. Tal como viene se va. Vuelve cierta calma, solo el humidificador rompe el sosiego que el silencio regala a nuestros oídos.

La personita más feliz de la casa acaba de hacer sus labores: dormir y comer. Hoy es su cumplemeses. Dos en la mochila.

Parecerá sorprendente o, tal vez, alguien piense que movido por el afecto haya arribado al puerto de la ilusión/confusión, pero lo cierto es que la bimestre criatura, entre risas, ya sabe imitar el sonido de esa palabra que se les dice, en general, a los infantes: ajo. Así es, sin trampa ni cartón.

Ciertamente puede ser que a veces necesitamos oír lo que nos hace sentir no solo bien, sino sorprendidos. Sin sorpresa todo es lineal. Aunque a veces con las sorpresas pasa como con la familia (nos viene dada), los amigos (los elegimos) y los afectos (vienen y van, o se enquistan): las hay (sorpresas) que nos dibujan sonrisas o trazan muecas.

Lo sorprendente, tal vez, es no tener sorpresas. Y para mí sigue siendo una sorpresa la grandeza, en su menudencia, de estas criaturas que un día nosotros fuimos.




Enya-Caribean Blue


















31 mayo 2014

Miley Cyrus. El lado nada oscuro de Hannah Montana.








En verdad deseo que por favor te disculpes conmigo y con Amanda Bynes por haber perpetuado abuso en ambas en terrenos en los que Amanda ha tenido problemas de salud mentales y que yo experimenté deseos compulsivos por suicidarme, y fui completamente abierta en buscar ayuda para salvar mi vida

... ...

En tu país, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 25 a 34 años de edad. Muchas de estas muertes no ocurrirían de no ser por los abusos psicológicos y las bromas relacionadas (y mal informadas) con los problemas de salud mentales.

Sinead O'Connor en una Carta dirigida a Miley Cyrus



Desde que se estrenó en 2006, la serie «Hannah Montana» fue un éxito. La serie catapultó como estrella adolescente a Miley Cyrus, hija del cantante country Billy Ray Cyrus. Hannah Montana tenía un argumento nada sesudo: Billy Ray y su hija Miley interpretaban lo que son en la vida real. El apellido Cyrus era sustituido por el de Stewart. Ella por las noches, gracias a una peluca rubia, se transformaba en Hannah Montana, una estrella rock.

Miley Cyrus/Stewart/Hannah Montana tenía 13 años cuando se estrenó la serie de Disney. El primer capítulo fue seguido por cinco millones de personas. La serie acabó en 2011. El merchandising generado rebasó lo imaginable. Hasta la propia Miley reconoció que le resultaba chocante ver cepillos de dientes de Hannah Montana.

La serie tuvo su película, "Hannah Montana: The Movie". En ella el personaje de Miley/Hannah plantea desvelar su secreto, que recordemos, se escondía tras una peluca rubia. Conforme crecía, una transformación se iba fraguando en su persona. El crecimiento personal consiste en cambios de todo tipo. La Cyrus no iba a ser una excepción.

Una actuación en el Rock in Río hizo sonar las alarmas. La adolescente Miley subió al escenario con tacones y un vestido algo ajustado. Aquello fue una decepción para muchos niños. La encarnación del mal ejemplo se cernía sobre la idolatrada estrella. Dudo mucho que la niñez sea la etapa en nuestras vidas donde se elaboran juicios morales, lo que me da que pensar que era cosa de adultos lo de la decepción y el juicio a la artista juvenil.


Miley/Hannah bien podría, en las calenturientas mentes de sus críticos, ser la reencarnación de la pecaminosa Eva: la mujer que habla el mismo lenguaje que las víboras y siempre está presta a dar manzanas que provoquen la expulsión de la Humanidad del Paraíso. O eso es lo que se desprende del Libro del Génesis¿Cómo no explicar, entonces, que la mujer tenga que ser apaleada cuando le plazca al Dios de sus entretelas? ¿Cuántas mujeres tienen que seguir recibiendo correctivos de sus padres y parejas? ¿El amor es lo que tiene: un par de hostias y una disculpa en forma de moratón o de consumación del matrimonioAsí es como lo practican los malnacidos.

El amor al personaje de Hannah Montana se mudó en un dedo que señala a Miley Cyrus. Había que salvar a Hannah de las garras de la Cyrus. Había que desapegarlas, desengancharlas. Los pobres niños estaban traumatizados con la imagen de su idolatrada Hannah en el Rock in Río (así lo narraba el diario El Mundo el 07/10/2010: Miles de niñas miraban con la boca abierta, más o menos igual que sus padres, como la chica que mató a Hannah Montana se restregaba con el escenario embutida en un minúsculo body que dejaba el 50% de pechos y glúteos al aire...).

Alguien les había contado a los infantiles fans de Hannah Montana que los Reyes Magos son los padres, que Hannah Montana era un personaje de ficción y no la brillante estrella que los guiaba a Belén.

Esto es lo que una de sus «fans» dejó escrito (está en la Wikipedia): <<Miley Cyrus, ha hecho varias películas, la ultima cancion y Hannah Montana entre todas ellas. La verdad es que a mi me encantaba Miley, y queria ser como ella, pero todo cambio cuando para mi sorpresa vi su espectaculo entero por la television, el de rock in rio. Muchos niños perdieron la ilusión después de ello, pues se la esperaban como Hannah Montana, cn su peluca y deacubrieron a Hannah, vestida con unos taconazos enormes y un vestido, que para gusto de algunos era demasiado corto y escotado. Desde entonces yo y muchos otros hemos perdido algun interes por ella, eso no significa que sea guapa, atrevida o que cante bien>>.

<<El que ha escrito esto no conoce el idioma español --Manuman333 (discusión) 16:40 24 mar 2013 (UTC)>>.

Ya comenzaba a caer en desgracia la popular Cyrus. Algo iba a ocurrir tarde o temprano y no era, precisamente, un más que considerable corte de pelo.

Coincidiendo con el estreno de la cuarta temporada, el ritmo de trabajo de la Cyrus era flipante: conciertos, películas, edición de su tercer disco y rodaje de capítulos de la serie. Además, ya se había echado un noviete que le duró dos años: uno de los Jonas Brothers. Nick Jonas. Ahí no es nada. La Cyrus dijo en una entrevista que fue amor a primera vista; se conocieron y, ¡tachan!, se hicieron novios. El amor había triunfado. Una flecha menos había en la aljaba de Cupido.

<<No puedo basar mi carrera en (los espectadores) de seis años>>, confesó Miley Cyrus. El comienzo del fin de Hannah Montana había llegado. La actriz había tomado conciencia de quién quería ser. Tenía el ejemplo de su admirada Britney Spears, quien se pegó, recordemos, un morreo de oro con la otrora icono del pop Madonna. Parecía que aquel beso entre las dos estrellas a punto de estrellarse predijera la ruptura entre la Cyrus y la Montana. Nunca ha habido mejor despedida que aquella que es sellada en un húmedo ósculo.

Tras finalizar la serie que le catapultó al estrellato, la Cyrus tuvo dos años de éxitos: 2011 y 2012. Las recaudaciones fueron millonarias. En septiembre de 2012 rompió con el actor, y guaperas, Liam Hemsworth. Un proyecto de boda, con pedrusco de quilates por medio, se había ido al traste.

2013 iba a ser el año en que una rutilante Cyrus iba a dar mucho más que hablar. Fue el año del estreno del disco BangerzUna Cyrus muy sexual emergía cuál espuma de la fruta prohibida de Venus. Una imagen andrógina, poses, fotos sacando la lengua y provocaciones varias han mutado, parece, a la mutante Miley/Hanna Montana.

Este año es el de la gira Bangerz Tour. Esta mañana, mientras iba al trabajo, me he encontrado con los carteles anunciando el paso de nuestra provocadora cantante por Madrid este mes de junio. Me ha venido una imagen de la Cyrus en un concierto montando sobre un pene. Enseguida una canción de Los Enemigos llamada <<John Wayne>> venía a mi mente, mejor dicho, uno de sus versos: <<¿Qué es lo que montas tú?>>

He llegado a la conclusión que la imagen provocadora de la Cyrus, con sus posturas, sacando la lengua, su delgadez y la adopción de lo andrógino y lo explícito no es más que Hannah Montana pergeñando una ruptura con el cordón umbilical que, aún en el imaginario de muchos adolescentes, le ata a un personaje que superó cualquier ficción.

El otro día recordaba con un amigo, Javi, a Johny Weissmuller, el actor que protagonizó infinidad de películas en las que interpretaba al rey de la selva. El actor se creyó a su personaje y murió creyendo que era el mismo Tarzán. La Cyrus llegó al estrellato interpretándose a ella misma. Miley interpretaba a Miley. Miley se ponía una peluca rubia y se convertía en una estrella del rock llamada Hannah Montana. Hannah Montana era el alter ego de una adolescente que actuaba y se interpretaba a ella misma. La banda sonora de la serie no la firma Miley Cyrus. Lo hace Hannah Montana. ¿No es para volverse loco?

La Cyrus, empero, no está loca. Tal vez esté rota como el personaje que se tiraba por una ventana en aquella canción de los inefables Ilegales. La Cyrus nos está diciendo, sin más, que aún no ha roto con Hanna Montana. Nada parece lo que es, por mucho que se esfuerce la susodicha en mostrarnos lo provocativa que es. Más que serlo, lo está en apariencia. Es una pose. Una gamberrada. 

Para mí, la Cyrus necesita descreerse de Hannah Montana. Sinceramente, siento cierta lástima por ella. Ni el éxito, ni el dinero conllevan la estabilidad. No piensen que me siento mejor que ella. No. Ni ella es mejor que nadie. Considero que su éxito será efímero como el de la caída en desgracia: su admirada Britney SpearsLo que venga después será flotar, andando sin sentir su propio peso. O lo que Milan Kundera describió como la insoportable levedad del ser.

He llegado a la conclusión que la imagen provocadora de la Cyrus, con sus posturas, sacando la lengua, su delgadez y la adopción de lo andrógino y lo explícito no es más que Hannah Montana pergeñando una ruptura con el cordón umbilical que, aun en el imaginario de muchos adolescentes, le ata a un personaje que superó cualquier ficción.

 

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