ese asedado cabello
se levanta lene el aura,
Al igual que se despierta la mañana
se despeja el firmamento de la noche
con tu luz,
con esa adusta calma labrada por la vida,
por tantas experiencias en tu alma acumuladas;
tú eres céfiro, eres ese Sol que no se apaga.
Me retiro complacido acariciado por tu nimbo.
De ti me despido con una sonrisa
aunque llorando por dentro
triste se retuerza mi alma.
sabiendo que nunca yo te doy alegrías.
Aunque ya lo dije yo antes
no habrá cosa más bonita
que tu perfil elegante
y tu bondad infinita.
Vaya por delante señorita
un piropo muy sincero:
en sus labios la sonrisa
es obra exquisita de arte.






