Se ata un nudo en la garganta
igual que corbata que aprieta,
o asida cede, y se esvara en los dedos
alisada de argente y de colores.
Un lazo que se cuelga como el brazo
que andando queda quieto o que se mueve
mirando las manos el suelo,
oteando la vista el horizonte.
Sale triste el suspiro en la faringe
al no escuchar el verbo de tu nombre
saliendo de mis labios mirando yo tu frente.
Sordo un eco sonó sin el latir
de los corazones que se acompasan
y no se escuchan. Sin ti, sin tu nimbo.
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