Me dormí pensando en ti
enclaustrado en mis sábanas
besándote a lo lejos
cuando tú comenzabas tu jornada.
En silencio me dormí,
yo soñé que tu espalda acariciaba.
No quería acabar el dulce sueño,
ansiaba yo el fulgor de tu mirada.
Despierta reparó mi soledad
que soñaba que un día te versaba.
Dibujé en tu figura en el azul
lejanía que tanto nos separa.
Reparé silencioso mi desgracia
ansiando el dulce beso de tus labios,
escalaba encumbrada la montaña
(te buscaba en la bruma de la boria).
No rutilaba el lucero del Alba,
no me guiaba a tu puerto en la alborada.
Mi barco solitario no se amarra,
navego en sueños tu nívea espalda.
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