photo credit: Send me adrift. via photopin cc 
 
 
 
Dicha olvidada 
en postrer ángulo.
Memoria escondida, prohibida.
Me enervaba la infame 
desidia, tu desgana, 
tu juego, tu desdén, 
tu doblez, tu mentira.
Arrancabas tan frágiles los pétalos. 
De la amapola
tus dedos desgarraban rosas hojas.
Mi mutismo discreto e impertinente 
cortaba los huecos ecos, se hacían sordos,
caían.
Mutismo,
pesadez que aún te incordia y no te agasaja.

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